PINTURA
ACERCA DE LO OCULTO
¿EN QUÉ LUGAR SE ENCUENTRA la emoción?
Ésa que logra destapar, de un modo sencillo e inesperado, nuestra capacidad de conectar con lo invisible, con aquello que no se puede asir. La investigación llevada a cabo, con las pinturas que integran la muestra Acerca de lo oculto (Galería Birimbao, 27 de febrero-4 de abril, 2009) se ha desarrollado con la intención de obtener resultados plásticos que aporten “alguna luz” a ese misterio que, por seguro, envuelve a la pintura. Para situarse en la senda del objetivo señalado se requiere, cuando menos, una condición inexcusable: hay que buscar evitando la distracción,… hacerlo allí donde la acción creativa esté encaminada hacia la consecución de una voz de expresión propia.
Es cierto que estas obras pretenden fascinar por el modo como está aplicada la pintura. Vienen a ser sus texturas y la organización de formas y colores dispuestas sobre la superficie, el objeto que las construye. Y no es menos seguro que esa posible fascinación pueda lograrse por sus “detalles cromáticos”: surgidos por los choques de trazos y arrastres, resueltos en el plano en distintas direcciones y en diferentes estratos de pintura. Esto tiene un nombre: el azar. El azar está asociado al NO CONTROL y proporciona a la obra un rasgo de autonomía propia que la significa con respecto a las decisiones del autor: un recurso empleado reiteradamente desde mis comienzos en el proceso creativo (al margen del medio explorado).
Fuera la anécdota.
Lo que ha interesado, en estas pinturas, ha sido un desarrollo no premeditado; de ahí que los procesos tengan que ser considerados tan importantes como el hecho final: los resultados. Es preciso subrayar las características que definen a este modo de trabajo: ha sido raras veces controlado, sólo en ocasiones sistematizado y decididamente atento a los beneficios que siempre proporciona la combinación de textura, huella, gesto y arrastre de color. A partir de aquí, surge una superficie portadora de una “riqueza visual” donde la sola presencia de la materia adquiere una relevancia suficiente, y necesaria, para comenzar a convencer. Entonces, puede nacer la emoción.
Espartinas, Sevilla, enero-febrero, 2009