Proyecto A través del tiempo, inicio 11 de junio, 1994—obra en proceso. Fotografía diaria: 8 de mayo, 2014. Contaba con 16.334 días vividos
Desde finales de los ochenta he planteado diferentes líneas de investigación argumentadas bajo dos ideas fundamentales. Primera: las obras deben ser lo más autónomas posible de mis propias decisiones. Para abordar este pensamiento he usado materiales crudos cuyo comportamiento queda fuera del control del autor. Segunda: las producciones deben estar conectadas al curso natural de la vida. Este presupuesto es desarrollando con proyectos que continuaré durante el transcurso de mi propia vida. Carpe Diem (dibujo diario desde el 13 de septiembre de 1993) y A través del tiempo (fotografía diaria de mi rostro desde el 11 de junio de 1994), entre otros proyectos, hacen viable esta forma de trabajo.
Una cosa es CAMBIAR DE MEDIO E INCLUSO DE ESTILO y otra cuestión es, que tu forma de entender el Arte se modifique por antojos o modas. Se puede cambiar lo primero (como me está sucediendo ahora, a finales de diciembre de 2003, con mi vuelta a la Pintura), pero no creo que lo esté haciendo en relación con lo segundo. Este último pensamiento garantiza la comodidad suficiente para cambiar de medios o herramientas, dado que lo fundamental no es eso sino el modo como se entienda la práctica del arte: en mi caso, como un mecanismo de investigación en continuo movimiento. En función de lo que quiera expresar utilizo un medio y no otro. Así, cuando una fotografía resulte más efectiva que una pintura: HAY QUE HACER FOTOGRAFÍAS; sin embargo, cuando con la pintura expresas mejor lo que quieres decir: HAY QUE HACER PINTURAS.
En el análisis realizado a posteriori, sobre las diversas series de trabajos y proyectos específicos emprendidos desde 1989 y hasta la fecha actual (febrero de 2005), he constatado que se ha producido una mayor eficacia en la comunicación entre el binomio «obra-espectador interesado» cuando la adecuación del medio empleado al contenido de la obra ha sido muy adecuada. El contenido, o la idea, es lo que marca no sólo la selección del medio a emplear sino también la forma como se utiliza el mismo. La misión del artista es, en parte, precisamente esa: buscar la más adecuada relación entre el medio y el contenido, para garantizar la comunicación de la obra con el espectador interesado.