EN PROCESO
A TRAVÉS DEL TIEMPO
Desde el día siguiente en que cumplí los treinta años (10 de junio de 1994), estoy tomando una fotografía diaria de mí mismo. Esta obra de carácter procesual la desarrollaré en paralelo al devenir de mi propia vida, y finalizará el día en que muera. Una persona, entonces, tomará la última fotografía que será incorporada y cerrará el proyecto.
A través de esta propuesta, pretendo ver cómo el tiempo influye sobre mí mismo a nivel físico, y provoca múltiples cambios psicológicos. De forma obsesiva, congelo el tiempo en instantes con la finalidad de construir esta pieza. La fecha, la hora, el lugar, un número secuencial, un fragmento de mi huella dactilar y, ocasionalmente, una frase aparece en la fotografía; no obstante, la información a la que me estoy refiriendo ha cambiado con la evolución del proyecto, y podría modificarse en el futuro. Recientemente, he añadido el número de días vividos en el momento en que es tomada cada fotografía. Esta necesidad surgió como consecuencia de reflexionar sobre mi propia existencia en un sentido temporal.
Aunque este proyecto se focaliza en mí mismo como individuo, muchas otras manos de distintas personas están, de alguna forma, involucradas. Diferentes fotografías son tomadas por personas con quienes puedo tener una relación más o menos cercana. Otras veces, propongo la participación a quienes ni siquiera conozco. Cuando alguien toma la fotografía, me convierto en el objeto de su composición.
Una fotografía totalmente oscura es usada para representar los días en los que, por cualquier razón, no fue posible realizar la toma.